Los escraches a políticos han generado un gran debate social sobre esta modalidad de protesta popular. Parece que a la casta política no le ha sentado nada bien que ciudadanos les interpelen sobre los problemas que afectan al 99% y, en vez de afrontar la resolución del urgente problema de los desahucios, han preferido criminalizar a la protesta asociando a las Plataformas de Afectados por la Hipoteca con ETA, asociando de forma completamente falsa a los colectivos sociales con el terrorismo, buscando así deslegitimar sus reivindicaciones ante la inminente votación de la ILP sobre vivienda.
Esta ILP ha sido impulsada desde abajo y ha reunido casi un millón y medio de firmas que la respaldan. Está apoyada por la gran mayoría de los ciudadanos (más de un 90% según las encuestas) e incluye medidas paliativas básicas para un problema acuciante y urgente para millones de familias trabajadoras como la dación en pago, el alquiler social o la creación de un parque público de viviendas utilizando las centenares de miles de casas vacías en propiedad de los bancos. La tremenda transversalidad de estas demandas ha dejado al gobierno del Partido Popular más aislado todavía, cada vez con menos apoyo popular y apoyado solamente por los banqueros y empresarios para los que gobierna. Mientras la corrupción y los millones de euros fluyen entre las élites, la clase trabajadora se ve condenada a la miseria por políticas de austeridad que solo benefician a unos pocos. Sin embargo, las iniciativas de las PAH han demostrado que a través de la lucha hay otro camino; un camino para conquistar dignidad y derechos a través de la movilización ciudadana, representando a las mayorías en las calles, mediante alternativas concretas y reales. [click aqui para artículo completo]
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