Declaración de Izquierda Anticapitalista, Jueves 29 de noviembre
Hace pocas semanas se difundió que dos personas se habían quitado la vida el mismo día en que iban a ser desahuciadas y una tercera lo había intentado. Estos suicidios han llegado en un momento en que el movimiento social -encabezado por las PAH- ha logrado que los desahucios pasaran de ser tragedias privadas invisibles a un acontecimiento público que conmociona a la sociedad. En este ambiente, los suicidios han sido la mecha que ha hecho explotar el rechazo social a los desahucios. Ante esta presión social, el PP ha respondido creando expectativas que finalmente ha defraudado.
El drama de los desahucios y el de la exclusión por la deuda impagable tras la pérdida de la casa no son producto de una catástrofe natural; son el resultado de la gestión del capitalismo realizada en diferentes momentos por el PP y el PSOE. Estos gobiernos mantuvieron la Ley Hipotecaria de 1944, que blinda a los acreedores y desprotege a los deudores. Continuaron la política del franquismo de primar la propiedad sobre el alquiler y la intensificaron con leyes de alquiler anti-inquilinos y con políticas fiscales para favorecer la compra, dentro de un modelo de crecimiento basado en el ladrillo. Entre 2000 y 2007 permitieron que el crédito creciera de manera disparatada y se concentrara en el sector inmobiliario, produciendo una enorme burbuja. Después han gestionado la crisis con políticas destinadas a favorecer los intereses de la banca y los grandes inversores, que han llevado al paro a millones de personas sin apenas prestaciones sociales, con lo que no pueden, no ya pagar una hipoteca, sino incluso alimentarse -hasta el punto de que una iniciativa pensada para el Cuarto Mundo, los Bancos de Alimentos, llegue a ser una demanda social-. Mientras, los desahucios han constituido una expropiación gigantesca y un formidable negocio para la banca, que se ha hecho a precio de saldo con inmuebles a los que encontrará beneficios, directamente o vía el “banco malo”, además de las hipotecas cobradas, y las deudas imputadas a las víctimas de contratos/estafas. [click aqui para artículo completo]
Hace pocas semanas se difundió que dos personas se habían quitado la vida el mismo día en que iban a ser desahuciadas y una tercera lo había intentado. Estos suicidios han llegado en un momento en que el movimiento social -encabezado por las PAH- ha logrado que los desahucios pasaran de ser tragedias privadas invisibles a un acontecimiento público que conmociona a la sociedad. En este ambiente, los suicidios han sido la mecha que ha hecho explotar el rechazo social a los desahucios. Ante esta presión social, el PP ha respondido creando expectativas que finalmente ha defraudado.
El drama de los desahucios y el de la exclusión por la deuda impagable tras la pérdida de la casa no son producto de una catástrofe natural; son el resultado de la gestión del capitalismo realizada en diferentes momentos por el PP y el PSOE. Estos gobiernos mantuvieron la Ley Hipotecaria de 1944, que blinda a los acreedores y desprotege a los deudores. Continuaron la política del franquismo de primar la propiedad sobre el alquiler y la intensificaron con leyes de alquiler anti-inquilinos y con políticas fiscales para favorecer la compra, dentro de un modelo de crecimiento basado en el ladrillo. Entre 2000 y 2007 permitieron que el crédito creciera de manera disparatada y se concentrara en el sector inmobiliario, produciendo una enorme burbuja. Después han gestionado la crisis con políticas destinadas a favorecer los intereses de la banca y los grandes inversores, que han llevado al paro a millones de personas sin apenas prestaciones sociales, con lo que no pueden, no ya pagar una hipoteca, sino incluso alimentarse -hasta el punto de que una iniciativa pensada para el Cuarto Mundo, los Bancos de Alimentos, llegue a ser una demanda social-. Mientras, los desahucios han constituido una expropiación gigantesca y un formidable negocio para la banca, que se ha hecho a precio de saldo con inmuebles a los que encontrará beneficios, directamente o vía el “banco malo”, además de las hipotecas cobradas, y las deudas imputadas a las víctimas de contratos/estafas. [click aqui para artículo completo]
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