MANIFIESTO DE LAS MARCHAS POR LA DIGNIDAD DE CANTABRIA
PAN,
TRABAJO, TECHO, RENTA BASICA… DIGNIDAD
Jornadas
de lucha del 24 al 29 de noviembre.
Las MARCHAS DE LA DIGNIDAD
volvemos a salir a la calle para gritar bien alto PAN, TRABAJO, TECHO, RENTA
BÁSICA Y DIGNIDAD.
Salimos a la calle porque nos
encontramos ante una situación extremadamente difícil, una situación límite, de
emergencia social, que nos convoca a dar una respuesta colectiva y masiva de la
clase trabajadora, la mayoría social y los pueblos.
Millones de trabajadores y
trabajadoras se encuentran sin empleo. Cientos de miles de familias han perdido
su casa. Gran parte de la juventud se ve abocada a buscarse la vida en el
extranjero. A las mujeres nos quieren quitar nuestro derecho a decidir sobre
nuestros cuerpos. A los pueblos se les niegan el derecho a decidir. Siguen
recortando en salud, educación, dependencia,… Han engañado a nuestros mayores
con la estafa bancaria de las preferentes. Estamos asistiendo al robo de
derechos y al empobrecimiento generalizado de la mayoría social y todo en
nombre del pago de una deuda ilegítima y odiosa que no han contraído la
ciudadanía.
Mientras, el verdadero poder,
el que no se presenta a las elecciones, sigue enriqueciéndose y corrompiendo al
poder político. Siguen llevándose dinero a los paraísos fiscales, usando
tarjetas opacas y regalando decenas de miles de millones de dinero público,
dinero que sale de nuestros impuestos, para salvar a bancos y especuladores.
Nos quieren hacer tragar un “Tratado de Libre Comercio” entre la UE y EE.UU.
(TTIP) que se negocia secretamente y que beneficia a las grandes
multinacionales a costa del pueblo. Y cuando se protesta, siempre obtenemos la
misma respuesta: la represión y la criminalización. Ahora, incluso, pretenden
robarnos la libertad para manifestarnos y expresarnos poniéndonos una mordaza
que blinde el abuso policial. No sólo están aprovechando la crisis para
recortar derechos sociales, también intentan suprimir libertades democráticas.
A este sistema corrupto e indecente le sobran las libertades y los derechos de
la mayoría social.
Pero no lo vamos a consentir.
Nos vamos a rebelar. Porque este sistema que busca exclusivamente el beneficio
privado de unos pocos nos lleva inexorablemente a una catástrofe medioambiental
y social de alcance incalculable. Porque esta crisis-estafa está significando
un gigantesco drama humano. Porque no queremos ser cómplices de su militarismo
y sus guerras de rapiña. Porque no queremos ser parte de sus sucios negocios
especulando con la salud y la vida de millones de personas.
Tras juntarnos un millón y
medio de personas el 22 de marzo en Madrid, rodeamos sus parlamentos el 21 de
junio y señalamos a los auténticos responsables el 24 de octubre en Asturias.
Ahora volvemos de nuevo a la lucha.
Hacemos un nuevo llamamiento
a la movilización social en la semana del 24 al 29 de noviembre en la que hemos
convocado movilizaciones por el empleo digno, por una renta básica, por los
servicios públicos y de calidad, por el derecho a la vivienda y la dación en
pago, por las libertades democráticas, por unos presupuestos participativos en
las administraciones públicas, contra el pago de la deuda odiosa, el paro, la
precariedad, los recortes, el TTIP, la corrupción, el régimen del 78, la
represión y, por supuesto, el 25N contra la violencia machista hacia las
mujeres.
Os
llamamos, especialmente, a protestar el 29 de noviembre, cuando se convocarán
marchas y manifestaciones en toda España. En Cantabria, caminaremos desde
Torrelavega y de Astillero-Camargo hacia Santander para encontrarnos a las 14
h. en Valdecilla.
Desde
Valdecilla saldremos en MANIFESTACION hacia los Jardines de Pereda y RODEAREMOS
el Banco Santander.
Os llamamos a participar
activamente en una movilización por una sociedad de hombres y mujeres libres,
una movilización contra un sistema, un régimen y unos gobiernos que nos agreden
y no nos representan. Seguimos exigiendo que se vayan. Que se vaya el Gobierno
del PP y, también, todos los gobiernos que recortan y colaboran con las
políticas de la Troika.
A LA CALLE, QUE YA ES HORA